Lesiones del suelo pélvico de origen obstétrico

Gran parte de los casos de negligencias médicas en los que trabajo están relacionados con las secuelas que sufren muchas mujeres por lesiones del suelo pélvico ocasionadas durante el parto.  A la dureza de enfrentar un puerperio doloroso se unen otros “compañeros de viaje” como la incontinencia, imposibilidad de mantener relaciones sexuales coitales o dolor en las mismas. Esos problemas generan una pérdida importante de la calidad de vida de las mujeres afectadas y merman su autoestima. Con mucha frecuencia son causa de incapacidad laboral.

El origen de gran parte de los daños ocasionados al suelo pélvico durante el parto son las intervenciones que se realizan durante el mismo como la extracción fetal mediante fórceps o ventosa, las episiotomías o la práctica (indeseable) de la maniobra de Kristeller.  En cada uno de los casos habrá que valorar si dichas intervenciones estaban indicadas o no, si se solicitó el consentimiento informado antes de proceder a ellas y si se ejecutaron correctamente.  Además, cuando los desgarros y daños del esfínter anal se reparan correctamente, la recuperación puede ser del 90%, pero cuando esto no ocurre se pueden producir lesiones permanentes como la incontinencia urinaria, fecal y de gases. Otras mujeres sufren daños neuropáticos como el síndrome miofascial.

Tras un tortuoso proceso de diagnóstico, en el que muchas mujeres escuchan cosas como “es la estadística, te ha tocado a ti” o “no hay nada mal, es que el postparto es doloroso”, “Tranquila que todo está bien”, las personas afectadas refieren la dificultad que encuentran para obtener un plan de acción global que suponga un pronóstico esperanzador. El periplo en busca de un diagnóstico correcto y cierto, de una explicación sobre las causas de lo que les ocurre y una solución para su nueva y dura realidad abarca visitas decepcionantes a servicios de rehabilitación, especialistas en aparato digestivo, fisioterapeutas, osteópatas y un largo etcétera. Muchas veces es un proceso frustrante, agotador y costoso.

En demasiadas ocasiones, esas lesiones no son producto del parto en sí, como se dice a las mujeres, sino de una mala actuación (mala praxis) médica. He aquí tres ejemplos de Sentencias que abordan esta problemática (Sentencia 1 – Sentencia 2 – Sentencia 3).

Como recursos para profesionales y personas afectadas publicamos aquí dos videos creados por la Royal College of Obstetricians and Gynecologist y traducidos por Helena Eyimi.

Muy recomendables también las guías para abordar los daños del esfínter anal de la organización británica “MASIC