Reclamar, demandar, denunciar o quejarse

Qué debo hacer, me preguntan muchas personas en casos de negligencia o maltrato en la atención médica. La respuesta depende de factores como el plazo, las pruebas que tengamos, la gravedad del caso, los recursos económicos o emocionales de que se disponga, el tipo de daños o los sujetos causantes. Pero siempre, siempre, se puede hacer algo.

Primero explicaré de forma sencilla en qué consiste cada alternativa y luego os dejaré ejemplos de reclamación. La denuncia consiste en poner en conocimiento de las autoridades hechos que podrían merecer una sanción penal, disciplinaria o deontológica. En cuanto a la denuncia en los juzgados de lo penal, para que exista delito la conducta debe estar tipificada como tal en el Código Penal. Hay personas e incluso abogados que identifican la gravedad de los hechos o la entidad del daño resultante –por ejemplo un fallecimiento‑ con la necesidad o conveniencia de llevar el caso por esta via, pero esto no es así. En general no lo recomiendo porque en la mayoría de los casos no hay dolo ni imprudencia graves sino sólo error. Además, el informe del forense nos puede perjudicar. A pesar de estar hecho por un médico que no especialista, para algunos jueces su opinión es inatacable y es lo único que tienen en cuenta. En mi experiencia, es mucho más probable que se consiga una reparación en los tribunales civiles o de lo contencioso.

Demandar consiste en iniciar un proceso judicial ante los tribunales de lo civil o de lo contencioso administrativo que requiere de asistencia letrada, de procuradora y de peritos. En su día escribí una breve guía sobre cómo reclamar según los hechos hubieran ocurrido en la pública o en la privada y hablé largo y tendido sobre la cuestión en esta entrevista que me hizo la asociación “Creciendo Juntos”. Pero hoy quiero escribir sobre qué hacer en aquéllos casos en los que no es viable acudir a los tribunales,

Se dice que las quejas o reclamaciones ordinarias “no sirven para nada”, pero no es así. En primer lugar sirven a las víctimas para romper el silencio y acabar con la sensación de impunidad que tienen aquéllos que abusan de las mujeres al resguardo de consultas, quirófanos o paritorios. Quienes reciben y tramitan una reclamación van a escuchar un relato que puede hacerles conscientes de factores como la fatiga profesional, los intereses, la imprudencia o la ignorancia que están detrás de la mayoría de los actos de violencia, maltrato y negligencia que sufren las mujeres durante la atención médica. No les privemos de esta oportunidad de cambiar.

Haz un relato sencillo y breve de lo ocurrido, con los nombres de los protagonistas si los recuerdas y si no con los detalles que puedan ayudar a identificarlos, como la categoría profesional o la hora y lugar de los hechos. Explica cómo te ha perjudicado la actuación del profesional de la salud y haz una petición concreta. Pide una respuesta cumplida a tu reclamación. Deja tus datos de contacto. Dirige la queja al Servicio de Atención al Usuario de la clínica u hospital o directamente al profesional privado que te atendió. Si ha habido falta de respecto a tus decisiones, engaño, abandono o malas palabras, escribe también al Comité Deontológico del Colegio de Médicos o de Enfermería de la provincia. Puedes leer antes el Código deontológico de la Organización Médica Colegial y al de Enfermería, según el autor haya sido un médico o una matrona o enfermera, e identificar los incumplimientos que, en tu caso, se han producido.

Además, si la atención se ha prestado al amparo de un seguro privado, se debe dirigir una queja a la Aseguradora. Son ellas quienes eligen a los profesionales de su cuadro médico y muchas veces son propietarias de las clínicas, así que tienen que responsabilizarse de la calidad de los servicios que se prestan a los asegurados. Una vez nos haya respondido el Defensor del Asegurado o el Servicio de Atención al Cliente de la Aseguradora, podemos dirigirnos a la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones, que es el organismo público encargado de inspeccionarlas.

Para ayudaros en esta tarea, pongo a disposición estos cinco ejemplos tomados de un caso real. Cada situación es diferente, pero estoy segura de que veréis reflejados algunos aspectos que se dieron en vuestro caso, en particular si os engañaron para inducir el parto o programar una cesárea sin necesidad o no tuvisteis ningún apoyo con la lactancia materna, algo desgraciadamente común. Estos escritos han sido redactados por mí a petición de unos clientes, pero en absoluto es necesario que su contenido sea tan extenso y detallado. El lenguaje sencillo y la brevedad siempre son de agradecer.

  1. Reclamación a ginecólogo o matrona por malpraxis y maltrato
  2. Ejemplo de denuncia ante el Comité deontológico de un colegio profesional
  3. Ejemplo de escrito de reclamación de daños y perjuicios a aseguradora
  4. Ejemplo de denuncia ante la Dirección General de Seguros y Fondos de pensiones
  5. Ejemplo de denuncia a clínica u hospital por desatención y problemas con la lactancia

Nota: no es imprescindible pero sí recomendable pedir copia de la Historia Clínica antes de poner la queja. Aquí dejo una guía de de Cómo conseguir la Historia Clínica.

Francisca Fernández Guillén Abogada especialista en derechos sexuales y reproductivos www.franciscafernandezguillen.com