Dar a luz durante la pandemia

Comparto aquí una entrevista que acaba de hacerme Raquel Villaescusa para la Asociación Red Circular de Doulas. En ella hablamos de la situación que se encontraron las mujeres en los hospitales al comienzo de la pandemia. Un momento en el que la atmósfera general era de miedo e incertidumbre y, en algunos casos como el que relato, de «las mujeres y los niños, después».

En general, ha habido un gran olvido de las madres, una imprevisión sobre cómo habría que tratar la particular circunstancia de dar a luz. A falta de un protocolo unificado, cada centro hospitalario estableció el suyo particular, en general sin el respaldo de la evidencia científica como en el caso de la separación de madres y bebés. Lo terrible es que esto ha ocurrido no solo en los primeros momentos de la pandemia, sino que sigue ocurriendo muchos meses después.

Me parece dramático el caso de las mujeres a las que se ha engañado sobre la posibilidad de acompañamiento y la falta de alternativas a dar a luz sola y en un hospital colapsado por la COVID. El deseo de protección personal y colectiva de los equipos médicos es comprensible y legítimo, pero no puede dañar como en algunos casos ha hecho la salud de madre y bebés. Llama la atención también cómo esta situación a propiciado un resurgir del autoritarismo médico hacia las mujeres.

Creo que lo vivido es una oportunidad para sacar los partos del sistema hospitalario estándar, una forma de mejorar la atención que lleva años esperando y que de paso proporciona seguridad y protección para los profesionales y también para madres y bebés.

Francisca Fernández Guillén es abogada especializada en salud sexual y reproductiva y negligencias médicas en el parto y socia fundadora de las organizaciones El Parto es Nuestro y el Observatorio de la Violencia Obstétrica.